En el ámbito de los seguros existe una gran variedad de términos, algunos de los cuales son relativamente fáciles de entender e incluso intuitivos pero otros o no los son tanto. Una de las dudas más habituales es si en una póliza el tomador y asegurado es lo mismo.
Las figuras de una póliza de seguro
En una póliza de seguro intervienen diferentes tipos de “personas” o “figuras”. Vamos a empezar por explicar: tomador y asegurado. Después veremos si son la misma persona, no lo son, o a veces sí y a veces no.
Tomador:
¿Quién es el tomador de una póliza de seguro? Nos referimos al tomador cuando hacemos alusión a la persona (física o jurídica) que ha contratado la póliza y es quien debe hacerse cargo del pago de la prima del seguro.
En algunos casos, al tomador también se le llama “contratante”, ya que es quien contrata el seguro.
El tomador también es quien firma la póliza.
Asegurado:
¿Quién es el asegurado de una póliza de seguro? El asegurado en un seguro es la persona que está protegida por las coberturas de la póliza contratada.
¿Son la misma persona el tomador y el asegurado?
Efectivamente, en algunos casos, la figura del tomador y del asegurado coinciden en una póliza y en otros casos no coinciden. Veamos con unos ejemplos la diferencia entre tomador y asegurado.
Ejemplos
Seguro de vida en el que coinciden el tomador y el asegurado
Imaginemos una póliza de seguro de vida contratada por una persona que contrata un préstamo hipotecario. En este caso, esta persona es la tomadora del seguro. Es quien lo contrata y quien tiene la obligación de pagarlo.
El asegurado, en este caso, es la misma persona que lo contrata. De hecho, el riesgo que se está cubriendo es precisamente el del fallecimiento de esta persona. Por lo tanto coinciden el tomador y asegurado en este ejemplo. Si ocurre dicho fallecimiento, la aseguradora indemnizará una cantidad determinada al beneficiario de esta póliza.
Aquí ha surgido una nueva figura (el “beneficiario”), que será quien recibirá la indemnización en caso de fallecimiento del asegurado. ¿Quién sería el beneficiario? Pues el tomador será quien lo designará. El beneficiario en este caso podría ser el cónyuge, podría ser la entidad financiera que ha concedido el préstamo. Este último caso es habitual, ya que muchos bancos van a exigir a quien conceden el préstamo, que contrate un seguro de vida y que les pongan como beneficiarios a ellos (al banco) en una cláusula de cesión de derechos.
Seguro de salud en el que no coinciden el tomador y el asegurado
Vamos a suponer una póliza familiar muy habitual. Nos referimos a un seguro de salud para madre, padre e hijos.
Supongamos que el tomador de la póliza de seguro (en este caso tomadora) es la madre. Aquí, la madre será a la vez tomadora y asegurada. Sin embargo, su marido y los hijos serán asegurados. En estos 3 últimos casos estamos viendo cómo los asegurados de una póliza no tienen por qué tener que ser obligatoriamente también tomadores.
Aquí quien contrata, firma y paga la póliza es la madre. Sin embargo, además de ella, los otros tres miembros de la familia reciben cobertura de la póliza, por lo que son asegurados de la misma.
Ejemplo de póliza de asistencia en viaje para ejecutivos
Existen pólizas que suelen contratar las empresas para cubrir los riesgos que puedan ocurrir durante los viajes de los ejecutivos. En estos casos, quien contrata la póliza y se compromete a su pago es la empresa. Sin embargo, quien recibe las coberturas de la póliza o sobre quien está fijado el riesgo es el ejecutivo. En este caso el tomador es la empresa y el asegurado el ejecutivo.
Ejemplo en una póliza de autos
Estas diferencias también se aprecian en muchos casos en seguros de automóviles, en los que el tomador a veces es una persona diferente al conductor, que en muchos casos es el asegurado de cara a algunas coberturas como la garantía de accidentes o de asistencia en viaje.